lunes, 1 de agosto de 2016

Corrida de Toros, Adolfo Martín (Santander, 30-7-16)



"Madroñito" Extraordinario Toro de Adolfo Martín indultado en Santander

Siempre hemos dicho, por activa y por pasiva, que cuando acudíamos a un festejo Taurino, por encima de otras cosas, se va en busca de Emoción, esa Emoción que te pone los vellos de punta, que te hace ver al Toro como un animal  único e indómito, que te hace percibir a los Toreros como superhombres y que te hace sentirte orgulloso de ser Aficionado, pues bien en Santander encontramos esa emoción proporcionada por el Toro y, por momentos, por el toreo caro.
Extraordinaria Corrida de Adolfo Martín, donde primó la bravura, la clase y la fijeza. Bien presentada, con algún ejemplar que, además de las virtudes anteriores, resultó exigente y muy encastado.
En cuanto a los de luces no podemos hablar del mismo resultado que de los astados. Vimos toreo bueno y caro del Cid por momentos y poco más, voluntad de Talavante con poco acople y destoreo absoluto y descarado de Perera. Todavía no alcanzo a entender el porqué de las figuras a anunciarse con hierros con comportamiento que se sale de la tónica imperante del Parladé creado al uso del toreo actual. Cuando un Toro repone, necesita muleta adelantada, que lo esperen mucho y que le lleven hasta el final, o sea que le hagan las cosas bien hechas y con sentido, la figura de turno, acostumbrada a su animal de todos los días, anda a la deriva y sin saber qué hacer, en Santander se pudo comprobar…

El primero de la Tarde correspondió a Manuel Jesús “El Cid” , de nombre “Madroñito” fue un derroche de bravura. Se comió  de salida los capotes, humillando mucho, recibió dos puyazos en la yema, bien por el picador, empujó en el primero metiendo los riñones y se dejó pegar en el segundo. En la muleta llegó el vendaval de bravura y humillación, toro con una fijeza extrema y que hacia surcos con el hocico en el albero, con un viaje larguísimo. En banderillas embistió mejor por el lado derecho, pero en la muleta fue extraordinario por ambos pitones. El Cid, que no acabó de cuajarlo por el lado derecho, le recetó 3 tandas de naturales sublimes, de las del  mejor Cid, ese que encandiló Las Ventas hace unos años. Toro de vacas y toreo caro con la mano izquierda del Cid. El Toro fue merecedor del indulto, a mi juicio.  Es difícil ver un Toro con esa codicia, ese celo, esa humillación, esa clase, esa transmisión, en definitiva, esa bravura, porque la bravura también se demuestra respondiendo y yendo a más cuando a un Toro se le baja la mano, se le somete y se le obliga hasta el final. Por todo esto el Toro fue merecedor del premio del indulto, será difícil encontrarse de nuevo con un Toro de esa condición.


"Madroñito" debajo del peto


El Cid sublime con la zurda


Haciendo surcos en el albero


El indultado volviendo a corrales


Si cuando a un Toro le falta transmisión el torero no es capaz de poner la esencia que le falta al guiso, el resultado final es un guiso soso eso fue que lo que ocurrió en el segundo. Toro noble y con poca transmisión, ante un Miguel Ángel Perera inoperante, sin ganas y despegado.


El segundo


Perera en su estilo


En tercer lugar se sorteó otro Toro con clase y de largo viaje. Alejandro Talavante nunca acabó de acoplarse con el de Adolfo, quiso torear y colocarse bien pero, quizá por cortar el viaje y las embestidas del Toro, después del primer muletazo de cada serie quedaba descolocado y tenía que perder pasos para volver a colocarse, esto emborronó y deslució una faena que fue más voluntariosa que efectiva.


El tercero


Talavante no se acopló


El cuarto Adolfo fue otro de los platos fuertes de la tarde. Gran Toro de encastadísima condición y bravo en el caballo. Empujó, metiendo riñones, con mucha transmisión en el primer puyazo, cuando todo el mundo creía que el Cid colocaba el Toro para verlo en un segundo encuentro con el picador, pidió el cambio de tercio y nos privó de ver al Toro por segunda vez en el peto. En la muleta fue un Toro de encastada y codiciosa embestida, con la que nunca se confió el de Salteras. Si en su primero vimos la mejor versión del Cid, en este cuarto volvimos a la triste realidad y vimos al Cid desconfiado y sin ideas. Gran Toro sin duda este “Cocinero”, que mereció mucho más.


"Cocinero", gran Toro de Adolfo


"Cocinero" en el caballo


Encastada embestida


El quinto de la tarde fue otro Toro interesantísimo por bravo, noble y claro. Si a una Torero en una feria importante, figura o no, le sale un Toro clarísimo por ambos pitones, humillando y con un viaje largo y no es capaz de cortarle las orejas, es para hacérselo mirar. Ni con el “palmerismo” imperante a favor fue capaz  Perera de, ni tan siquiera, arrancar una oreja a “Chaparrito”. Su retorcimiento era tal en la cara del Toro que por momento nos hizo temer por si iba a ser capaz de mantener la verticalidad y no derrumbarse al suelo.  Como contorsionista un sobresaliente, como Torero un muy deficiente con un destoreo total,  haciendo todo al revés. Petardo absoluto de Perera que evidenció una vez más que se pasa por el arco del triunfo los cánones más elementales del toreo.


"Chaparrito", Toro  de Triunfo desaprovechado por Perera


El "contorsionismo" de Perera

Por ultimo saltó al albero un Toro soso, descastado, de hechuras más feas que sus hermanos y con el que nada pudo hacer Talavante. Un garbanzo negro que cerró un corridón de Toros de Adolfo, de las más completas que haya podido presenciar del hierro de la V.


El soso sexto


2 comentarios:

  1. Buenas tardes. Se que las comparaciones son odiosas, y esta corrida no la vi. Le pregutno a usted. ¿¿ Le parecio mas digno este indulto que al toro de Victorino en Sevilla ??
    Un saludo.
    Kaparra

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  2. Pues he de decir que los dos me parecieron dignos. "Cobradiezmos" quizá fue un Toro con mas calidad y viaje más largo, pero "Madroñito" tuvo más Casta, con una embestida más exigente y rebosándose más. En definitiva, dos Toros bravos, encastados y con buenas hechuras; qué más se puede pedir para echarlos a las vacas??

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